Cuando pensamos en las próximas innovaciones siempre nos vamos al terreno exclusivamente tecnológico y de consumo. Qué cosas hará nuestro móvil, cómo nos desplazaremos o cómo interactuaremos con los robots. Sin embargo, no es solo esto lo que está en juego. Y una de las otras cosas es la vivienda. ¿Cómo serán las casas del futuro? Si analizamos las tendencias que vienen y que se implantarán dentro de unos años podemos vislumbrar en cómo será tu vivienda dentro de dos décadas.
Tecnología: tu casa del futuro dominada por la robótica
A día de hoy los dispositivos inteligentes tienen cierta presencia en las casas, pero es algo más anecdótico que generalizado. Sin embargo, la tendencia va a más. Según Gartner, el 67% de los dispositivos que estarán conectados en el año 2020 serán para uso doméstico. Y, según los datos de la misma consultora recogidos por el Instituto Español de Estudios Estratégicos (IEEE), en 2050 habrá cerca de 150.000 millones de dispositivos de este tipo. ¿Qué nos encontraremos? Para empezar, la consolidación total y absoluta de sistemas ya existentes: los asistentes virtuales que podrán pedirte comida, gestionar un vuelo o reservar tus próximas vacaciones.
Pero esto no es todo. En las próximas décadas, nos encontraremos nuevas innovaciones como toldos que se abren o se cierran en función del sol que entre por la ventana. Enchufes inteligentes que dejan de suministrar energía cuando el dispositivo que hayamos conectado ya se haya cargado. O robots de cocina que no solo te harán la cena de manera autónoma sino que, además, lo harán buscando, leyendo y aplicando las recetas de cocina que encuentren en Internet.
Casas del futuro: una vivienda para cada situación
Si los modelados en 2D y 3D a la hora de diseñar una casa ya te parecen innovadores, prepárate para los avance de los sistemas Building Information Modeling (BIM). Como ya hemos hablado en artículos anteriores, a la hora de preparar el diseño y construcción de una casa, también serán capaces de añadir información complementaria, como el tiempo de construcción o sus costes. También veremos consolidarse una tendencia emergente, la de las impresoras 3D, que dejarán obsoletos los modelos actuales.
Pero ahí no acaba la cosa. Según varios estudios, en 2050 el 80% de la población del mundo vivirá en las ciudades. Si a eso les sumamos el cambio en las formas de vivienda y las evoluciones intergeneracionales, parece evidente que los hábitos de uso de las casas también va cambiar. Y para que mucha gente no tenga por qué estar cambiando de hogar, será el propio hogar quien podrá ser transformado gracias a paredes modulares. De modo que puedan ir moviéndose para crear nuevos espacios o rediseñar los ya existentes. También habrá muebles robóticos que cambiarán su posición de manera automática. De esta manera, se rehabilitarán dichos espacios, tal y como predice Space10, el laboratorio de investigación de IKEA. Quien también apuesta por instalar sensores inteligentes en nuestras plantas para saber, en todo momento, las necesidades de agua y oxigenación que puedan tener.
Gestión de recursos: las casas más sostenibles
Ya que hablamos de emisiones, tenemos que hablar de sostenibilidad. Y aquí la arquitectura también tendrá mucho que ver. Una de las nuevas tendencias apuesta por que los edificios cuenten con fachadas ventiladas y aislantes termorreflectantes. Estas conseguirán que la temperatura del exterior baje hasta en un 70%, tal y como ya están probando algunas empresas.
También está en busca de la sostenibilidad el Strelka Institute de Rusia, cuyo proyecto Phi plantea la construcción de plataformas de gestión energética renovable de viviendas. En las que serán los propios vecinos los que administren su propia energía de manera descentralizada gracias al Blockchain.
El panorama, como vemos, es tan innovador como apasionante. Y podemos tener clara una cosa: las casas del futuro no solo se parecerán muy poco a las de ahora. Sino que además serán más tecnológicas, mejor diseñadas y más sostenibles.
¿Cómo serán las casas del futuro?
La tecnología cada vez está más presente en nuestro día a día y más integrada en todo lo que nos envuelve, creando un gran impacto en nuestro estilo de vida y en nuestros hogares.
La inteligencia artificial, la sostenibilidad y la vida verde. La arquitectura responsive o el co-living serán tendencias inescrutables de la futura vivienda 3.0.
Poco a poco vamos introduciendo una tecnología inteligente en nuestras vidas, que va moldeando un estilo de vida totalmente diferente. Climatización digital, vídeo-vigilancia, funciones controlables desde smartphones, tecnología blueetooth integrada. También podemos ver ascensores con gestión inteligente, persianas y cortinas eléctricas con control remoto o incluso puntos de carga eléctrica para vehículos en los garajes.
Nuevos esquemas para nuevas formas de vivir
Es creciente el número de expertos que apuntan a que el lugar para vivir seguirá la tendencia que ya hemos empezado a ver en el coworking en el ámbito laboral. El coliving, edificios donde los residentes comparten instalaciones comunes y zonas de trabajo y de ocio con el resto de ocupantes, ha llegado para quedarse.
También, el envejecimiento de la población está en la mente de quienes se ocupan de concebir las casas del futuro. Necesidades asistenciales, accesibilidad y servicios añadidos marcan las nuevas tendencias en el ámbito residencial.
Tecnología para construir: industrialización y robotización
La industrialización es una de las palabras de moda en el ámbito de la promoción inmobiliaria. En el nuevo ciclo inmobiliario, iniciado tras la crisis, se están poniendo en valor las ventajas de la tecnología para hacer posible un proceso constructivo que controle tiempos y minimice errores.
Las grandes promotoras ya están trabajando con estos procesos y el reto es poder implantarlos en la construcción de viviendas a gran escala. A diez años vista, la industrialización de procesos y la robotización marcarán la línea en el sector.
Sostenibilidad y vivienda inteligente
La robotización no solo va a cambiar el diseño y la construcción de las casas del futuro. También cambiará la forma de funcionar de una vivienda y sus características. Sistemas conectados, Internet de las cosas y también instalaciones inteligentes forman parte de la ecuación.
La preocupación medioambiental y el interés por reducir gastos operativos de la vivienda (entre ellos los energéticos) están detrás del impulso de un concepto de vivienda sostenible. Un ahorro que, además, acabará trasladándose al valor de las viviendas: los inmuebles eficientes energéticamente acabarán siendo más valiosos que aquellos que no lo sean.
De hecho, la gama de vivienda más exclusiva ya apuesta por la sostenibilidad y el ahorro energético como valor diferencial de cara a sus clientes.
Los cambios que sucedan hasta entonces serán progresivos, por lo que la sociedad no se dará cuenta de inmediato. En estas viviendas del futuro no habrá privacidad absoluta; sí coliving. No habrá factura de luz individual; sí facturas con un alto porcentaje de eficiencia energética. Habrá una población envejecida que vivirá sola. Y habrá casas compartidas con gente joven.
¿Qué más se podrá esperar sobre las casas del futuro?
Uno de los retos es configurar los espacios urbanos, con el fin de solventar la masificación de las ciudades, la falta de recursos naturales o el cambio climático. “Esta correlación vertical entre los dos niveles se traslada también al espacio físico mediante recursos diferenciados. Por ejemplo, abajo prescindimos de luz natural en las instalaciones para favorecer un ambiente reflexivo, mientras que arriba la luz baña los espacios para que inviten a la interactuación con el futuro y los elementos que allí nos esperan”, señaló Úrculo, artista madrileño.
La falta de espacio en las ciudades hace que las viviendas se conciban con soluciones divididas por espacios que puedan ser compartidos con mobiliario robotizado. Hay propuestas modulares en las que en 80 metros pueden llegar a vivir dos familias. La sostenibilidad es otra de las grandes preocupaciones del planeta. Cada vez más, los hogares deben plantearse su propio abastecimiento de energía solar, así como el modo de alimentación y llevar estilos de vida más sostenibles para combatir el cambio climático.
Adiós al individualismo
Las proyecciones demográficas estiman en los próximos años un crecimiento importante de la población en las grandes urbes. Además de un envejecimiento de esta, falta de recursos naturales y precios de vivienda impredecibles. Por otra parte, las personas que viven en entornos urbanos, aunque están más conectadas que nunca, cada vez se sienten más solas, ansiosas y estresadas. Por ello, los expertos alaban los beneficios de vivir en comunidades que proporcionan a los ciudadanos una sensación de pertenencia. Al mismo tiempo que les dan acceso a servicios como guarderías, huertos urbanos, gimnasio, transporte o venta minorista.