Empresas como Airbnb o Uber, que han marcado el desarrollo de nuevos modelos de negocio, recibe el apoyo de Bruselas. Una decisión que sentará las bases legales de la economía colaborativa.
Plataformas como las que permiten compartir un vehículo (Uber), alquilar una vivienda o habitación (Airbnb), escuchar música en streaming (Spotify) o ver series y películas en linea (Netflix), han entrado en nuestras vidas y generado oportunidades de negocio.
La economía colaborativa engloba gran parte de los sectores económicos y, según estimaciones, moverá 235.000 millones de dólares en el año 2025. Sin embargo, aún estaba pendiente hacerla encajar en un sistema legal tan complejo como el europeo. ¿Será posible conseguirlo?
La Comisión Europea ha dado el empujón definitivo a un emergente grupo de empresas que se movía entre la total permisividad de los países del Este y la prohibición velada de algunos estados, como el caso de España con Uber.
Bruselas acaba de presentar unas directrices que quieren marcar el camino a futuras políticas económicas. Se impulsa la economía colaborativa, sí, pero siempre que sea dentro de un marco legal.
Gremios de taxistas, hoteles, discográficas o canales de televisión son algunos de los grupos que tendrán que mover pieza a partir de ahora.
Pero, ante un fenómeno imparable, ¿quién le pondrá puertas al campo?
Propuesta regulatoria de la UE
La Comisión Europea desea que sean los diferentes gobiernos quienes regulen el sector, defendiendo las condiciones de cada modelo de negocio.
En el caso de Uber, detallando que pueden efectuar el servicios conductores particulares (sin licencia); o en el caso de Airbnb, fijando un máximo número de días en los que pueda alquilarse el alojamiento.
Y tanto en unos como otros, especificando que deberán ser las plataformas online las que paguen impuestos.
Estas directrices son únicamente recomendaciones, y no resoluciones de obligado cumplimiento por parte de los Estados.
Sin embargo, es Bruselas quien advierte que todas las denuncias en vetos como el de Uber, serán resueltas de acuerdo con la propuesta de legalización de las plataformas.
Un aviso por el que en los futuros litigios se tenderá a dar la razón a las empresas por encima de los denunciantes.
Economía colaborativa, caso a caso
La economía colaborativa es el próximo reto para la autoridad económica europea, dentro de una política que permita el aparición de nuevas empresas reguladas, la protección de los consumidores, y el desarrollo de un trabajo en condiciones justas.
Para ello, la Comisión Europea ha dado recomendaciones concretas en los casos de Airbnb y Uber. Las plataformas que más polémica despiertan.
Sobre el caso de Airbnb, Bruselas propone fijar un máximo de días por año en que los propietarios particulares puedan alquiler sus habitaciones sin llegar a ser calificados de profesionales. Una regulación que defiende la Generalitat de Catalunya, aunque Bruselas ni siquiera considera necesaria la obligación de solicitar licencia o autorización turística.
Pensando en Uber, la comisión recomienda diferenciar entre los conductores profesionales que perciben un salario fijo y los conductores particulares que lo hacen de manera puntual. Estos últimos no deberían necesitar de una licencia.
Finalmente, se apunta que ambos servicios y plataformas deberían pagar tasas como lo hacen el resto de empresas tradicionales.
Todo ello se resume en una guía publicada por la Comisión Europea que debería servir para garantizar un entorno claro y un marco seguro en los diferentes Estados miembros.
La base en sectores estratégicos como el turismo o el transporte.