La inversión inmobiliaria no tiene porqué estar reñida con la optimización fiscal. En ese sentido, debemos valorar las desventajas y beneficios de una sociedad patrimonial frente a comprar a título particular.
Pedro Duque, ministro de Ciencia, Innovación y Universidades, ha sido el último miembro de la ejecutiva de Pedro Sánchez en aparecer en la portada de todos los medios.
El motivo han sido las recientes informaciones que le atribuyen la constitución de una sociedad patrimonial, entre él y su mujer, como instrumento para la compra de un chalé en Xábia (Alicante) y una casa en Madrid.
Una operación sobre la que niega haber eludido el pago de impuestos. Mientras asegura que la creación de la sociedad patrimonial fue a recomendación de sus asesores por la gran cantidad de tiempo que pasaba fuera de España.
Se dice a menudo que poseer bienes a nombre de una sociedad es especialmente rentable cuando son muy valioso. Pero también hay que diferenciar entre sociedades con o sin actividad económica.
¿Realmente valen la pena este tipo de sociedad para la compra de inmuebles? ¿Qué diferencias existen entre realizar la operación como particular o como empresa?
Definición de sociedades patrimoniales
Entendemos por sociedad patrimonial aquella entidad que aunque no desarrolla actividades económicas, posee más de las mitad de su patrimonio en forma de bienes, derechos o valores. Siendo su principal objeto la gestión del patrimonio, tanto mobiliario como inmobiliario.
Frente a la compra de una vivienda habitual, normalmente a título particular y con una mínima carga fiscal, la adquisición de una segunda vivienda conlleva el pago de más impuestos. Más allá del IVA (vivienda usada) o el ITP (vivienda usada).
Es en este punto donde puede resultar más ventajoso constituir una sociedad para gestionar el patrimonio y reducir la factura con Hacienda.
Beneficios de una sociedad patrimonial
La gran venta de crear sociedades patrimoniales está en la minimización de riesgos debido a que no están sujetas a actividades económicas. Quedando depuradas de toda responsabilidad por una gestión inadecuada.
Legalmente, al arrendar los inmuebles se considerar que no existe actividad económica. Siempre que no se contrate a un trabajador que gestione dichos alquileres en nombre de la empresa.
En ese sentido, y a nivel impositivo, cabe diferenciar entre dos figuras:
1.- Tributación por la posesión: Pago del Impuesto sobre el Patrimonio
2.- Tributación por la generación de rentas: Pago del IRPF en personas físicas y del Impuesto de Sociedades en personas jurídicas.
Los impuestos por poseer el patrimonio se pueden afrontar como sociedad patrimonial familiar o como entidad patrimonial. Tributando las sociedades patrimoniales por el Impuesto de Sociedades, y no por el de Patrimonio.
Mientras que las rentas generadas, de manera general, tributan por el 25% de los beneficios.
Desventajas de una sociedad patrimonial
Frente a los beneficios de una sociedad patrimonial también existen inconvenientes.
Entre los más destacables cabe apuntar:
1.- Que la ganancia patrimonial obtenida como sociedad patrimonial al vender un activo no se beneficia de ningún coeficiente reductor por antigüedad. Mientras que un sujeto pasivo en el IRPF y pasado cierto tiempo, sí que podría hacerlo. Quedando exento del pago de la plusvalía.
2.- Que una sociedad patrimonial dedicada a la gestión del arrendamiento de inmuebles a particulares no puede aplicar la reducción del rendimiento neto en el IRPF. Un 50% a nivel general y un 100% en algunos casos. Teniendo que hacer frente, por ello, a más impuestos que una persona física.
3.- Que, siempre y cuando la sociedad patrimonial consiga rendimientos, estos tributarán a un tipo fijo en el Impuesto de Sociedades y a un tipo variable al declararse en el IRPF.
“Invertir de una u otra forma depende del objetivo que se persigue con la operación. Sea la compra para trasladarse a vivir o la explotación comercial del inmueble“, señala Luis Gualtieri (CEO de Oi Realtor).
“A pesar de lo seguro de una inversión inmobiliaria bien planificada, conviene tener muy claras las ventajas e inconvenientes de cada fórmula. Una decisión en la que resulta fundamental tener asesoramiento experto“.