Barcelona es un mercado que no deja de sorprender y sigue cautivando la mirada de locales e internacionales. A pesar de las crisis, primero sanitaria con el COVID-19 y luego con las restricciones a la actividad, sigue seduciendo a inversores de todos lados. Ese perfil le permite augurar un aumento en las viviendas de lujo este año, a pesar de que la obra nueva sigue parada.
En la nota de este sábado te llevamos a conocer el panorama actual inmobiliario de la siempre sorprendente Ciudad Condal.
En este artículo encontrarás:
Barcelona se prepara para recibir nuevos inversores
Cada vez más, la costa catalana resulta de interés para quienes quieren comprar viviendas de lujo en una comunidad que ostenta vista al Mar Mediterráneo. Además, sus conocidos atractivos culturales y su demostrada incursión en los mercados del entretenimiento y la innovación llama la atención de locales y extranjeros.
En el mercado inmobiliario, esto se ve especialmente en la demanda de viviendas de lujo por parte de inversores que cuentan con grandes patrimonios. Se calcula que los precios en ese sector subirán un 4% este año, según las previsiones volcadas en el informe Barcelona Insight. Se trata de un segmento que viene cotizando en alza desde hace más de diez años, alcanzando un 21,7% hasta 2021. Esto, considerando las crisis que han sacudido a España y al mundo en los últimos años, genera una sensación de resguardo. Por supuesto, esto es válido para quienes tienen los recursos de acceder a estas viviendas. No obstante, se espera que la llegada de estos inversores también repercuta en otro perfil de consumidores.
Mientras tanto, el mercado residencial de lujo en Barcelona ha demostrado un repunte relativamente rápido tras las restricciones por la cuarentena 2020-2021. El número de operaciones de compraventa creció en un 38% en favor del año pasado, y un 13% respecto a 2019, con un total de 66.000 transacciones.
Barcelona: mercado de elite también para la innovación
Expertos señalan que el número de personas que viven en Barcelona con un patrimonio superior a 30 millones de dólares crecerá un 61,3%, hasta alcanzar los 2.298 en 2026. A tan poca distancia de ese momento, España se posiciona como uno de los quince países con mayor número de grandes fortunas residiendo entre sus fronteras. Esto invita a consolidar un nuevo tipo de consumidor en la región, que además del aspecto residencial le seduce el mercado digital y tecnológico.
Ambas tendencias tienen una visible causa justa. Respecto del sector inmobiliario, Barcelona tiende a ser un mercado de elite porque aún con los precios en alza sigue siendo una alternativa más económica que los centros turísticos de Francia o Italia. Hay actualmente un 15% de los compradores que son extranjeros. Los mismos acceden a propiedades cuyos precios rondan los 8.200 euros/m2 y precios super lujo que superan los 20.000 euros/m2.
Por otra parte, esos compradores representan un segmento de inversores jóvenes, de entre treinta a cuarenta años, que se trasladan para unirse al creciente sector digital y tecnológico de la ciudad. Allí el mérito lo tiene el propio sector de empresas surgidas de start-up, en donde Barcelona está tercera en Europa. En este escenario, la expectativa es que se abran nuevos mercados acordes a las necesidades crecientes de estas compañías.
Nuevas iniciativas pero sin obras nuevas
A pesar del generoso panorama que perfila a Barcelona como un mercado de elite para grandes inversores locales y extranjeros, la base sigue siendo la vivienda construida. Como en el resto de las grandes ciudades de España, la obra nueva ha tenido un feroz desaceleramiento en parte por las restricciones durante la cirsis sanitaria pero aún más por las medidas impuestas al sector.
Se estima que en respuesta a las medidas regulatorias, se relevaron sólo 8.119 viviendas terminadas en 2021, frente a las 44.160 de 2008. Esto significa un drástico descenso de más del 80% en trece años. En ese período, el mercado inmobiliario general, sea de alquileres, casa nueva o de segunda mano, se vio afectado por diferentes medidas que proclamaban, sobre todo, buscar soluciones al problema de acceso a la vivienda. En los últimos cinco años en Barcelona se vio lo que, en parte, fue percibido también en otras regiones de nuestro país:
- En 2017: la prohibición de construir nuevos hoteles aumentó la demanda de alquileres vacacionales.
- En 2018: se exigió que en los proyectos de más de 600 m2 se destinara un 30% a viviendas sociales.
- En 2020: Cataluña introdujo un nuevo límite de alquiler.
- En 2021: se prohibieron todos los alquileres de habitaciones privadas a corto plazo.
Aunque esta última medida fue anulada recientemente por el Tribunal Constitucional, la Ley de Vivienda que se prevee esté definitivamente aprobada en los próximos meses podría devolver las competencias de control de alquileres a las regiones. Deberá prestarse atención, entonces, a que las medidas no desmotiven las nuevas inversiones y mercados potenciales que pueden hacer seguir creciendo a la ciudad y la población de Barcelona.
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