El gran protagonista de este año 2020 ha sido, sin duda, el COVID-19. Pero el impacto que ha tenido sobre el mercado inmobiliario ha sido heterogéneo y radical. En este balance inmobiliario 2020 te contamos todas las transformaciones que generó la pandemia en el mercado de la vivienda.
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El año 2020 está a punto de llegar a su fin y será recordado por muchos de nosotros como un periodo de incertidumbre y restricciones. El COVID-19 ha sido, sin lugar a dudas, el gran protagonista. Y, como consecuencia de la necesidad de distanciamiento social, el mercado inmobiliario se ha visto obligado a aplicar con inmediatez algunos cambios. Nos referimos a la definitiva digitalización del sector, dado que fue ella quien permitió que el mercado resistiera aún en los tiempos en donde los negocios y las fronteras estaban cerrados.
El coronavirus ha generado un impacto sobre el precio de la vivienda, el número de compraventas y los intereses de las hipotecas. Pero, la mayor parte de estos indicadores ya venían reflejando cierto agotamiento en los años anteriores. Por lo tanto, todo indica que el COVID-19 no hizo más que acelerar el cambio de ciclo. Pero el mercado inmobiliario ha sabido resistir frente a ello.
Sin embargo, el cambio radical que define a este balance inmobiliario 2020 se refiere más a los métodos y menos a los resultados. Todos los agentes del sector han llegado a la misma conclusión: la tecnología es un pilar fundamental que media la relación entre la oferta y la demanda.
La recesión y el fortalecimiento de la estrategia digital
El cierre de tiendas, la parálisis en la industria y las restricciones a la movilidad trajeron como consecuencia el cierre de numerosas empresas y un aumento considerable del desempleo.
Aunque el gasto público ha intentado contener estas consecuencias a través de los subsidios, los ERTES y las ayudas al alquiler, los esfuerzos han demostrado ser insuficientes. Se cree que los niveles económicos pre COVID-19 serán recuperados recién dentro de dos o tres años, siempre que sigan operativas las restricciones. Y aunque terminaremos el año con algunas esperanzas alrededor de la vacuna, se empieza a especular con la explosión de una tercera ola de coronavirus en el país.
En este sentido, las últimas previsiones de la Comisión Europea estiman que el PIB español sufrirá una recesión del 12,4% en 2020. Pero que crecerá un 5,4% en 2021 y un 4,8% en 2022.
En medio de toda esta incertidumbre, ha sido la demanda interna quien ha soportado buena parte de la recuperación del sector inmobiliario. Pero, en general, a la hora de realizar transacciones comerciales, todavía se mantiene la prudencia, puesto que el temor a quedarse sin trabajo sigue latente en muchos hogares españoles.
Ahora bien, como decía el gran Friedrich Nietzsche, “lo que no te mata, te fortalece”. Y en este caso, la pandemia ha obligado al mercado inmobiliario a fortalecer su estrategia digital y poner en marcha soluciones tecnológicas urgentes que venían posponiéndose desde hace años. Incorporar la vía telemática, las visitas virtuales y la firma digital ha permitido que se pudieran cerrar operaciones con inversores extranjeros. Incluso mientras las fronteras estaban cerradas para no residentes en España.
Además, están surgiendo cada vez más iniciativas para facilitar el acceso a la vivienda, lo que aporta cierto optimismo en las relaciones público-privadas del futuro.
Balance inmobiliario 2020: la ubicación ya no es componente esencial de las viviendas
La transformación digital no ha afectado solamente al mercado inmobiliario, sino también al mercado laboral en general. Al respecto, otro de los cambios radicales que nos deja el 2020 es el fortalecimiento del teletrabajo.
Frente a la urgente necesidad de fomentar el distanciamiento social, las empresas y el gobierno han promovido la modalidad de teletrabajo. Esto permitió (y permite) que muchos españoles continuaran trabajando sin salir de casa. En efecto, basta con tener un ordenador y un teléfono móvil para realizar todas las tareas desde la comodidad del hogar. Pero ¿cómo afecta esto al balance inmobiliario 2020?
El hecho de poder trabajar desde cualquier lugar geográfico, hace que la ubicación de las viviendas ya no sea una máxima. La necesidad de estar cerca de la oficina para ahorrar tiempo en traslados ha sido siempre el motivo por le cual las personas elegían las grandes urbes para residir. Sin embargo, en este 2020 se ha observado una importante tendencia. Los españoles eligieron trasladarse hacia los pueblos más pequeños, en donde pueden disfrutar del aire libre y la naturaleza sin preocuparse por la distancia hasta el trabajo.
Todos estos cambios en la demanda le exigen al mercado inmobiliario ofrecer productos más personalizados. Deberán priorizar la calidad de vida del comprador y la eficiencia energética, otra de las grandes protagonistas de este año.
La sostenibilidad en la construcción es una prioridad
El hecho de que un virus proveniente de un murciélago haya puesto en jaque al mercado mundial nos hizo entrever la urgente necesidad de ser más respetuosos con el entorno natural que habitamos. En consecuencia, la sostenibilidad en la construcción es otra de las protagonistas de este balance inmobiliario 2020.
Los fondos europeos que se destinarán al sector en 2021 alzarán la bandera de la transición ecológica. Por lo tanto, se apuntará a las construcciones con certificación energética de tipo A o B y a la regeneración del parque de viviendas antiguas. También se promoverá la instalación de puntos de recarga para coches eléctricos en los parkings y el uso de sistemas reutilización del agua.
Respecto de esto último, es importante aclarar que otra de las curiosidades que nos deja el 2020 es que el agua comenzó a cotizar en la bolsa de Wall Street. Por lo tanto, cuidar los recursos será una prioridad para la construcción de viviendas en España.
Las previsiones del mercado inmobiliario para 2021
Según Ferran Font, director de Estudios de pisos.com, todo indica que las bajadas de precio en las viviendas se trasladarán a 2021. Y, en menor medida, a 2022. Por lo tanto, se espera que el próximo año ocurra una devaluación de entre el 5% y el 7%. Además, la obra nueva y la de segunda mano mejor situada y con mayor calidad aglutinarán el producto que más se venderá, según el directivo del portal inmobiliario.
“Con respecto a las operaciones de compraventa, es posible que cierren el año 2020 con una caída interanual del 20% y un volumen total de cuatrocientas mil unidades”, afirma Front. Además, prevé que “este indicador se recuperará en la medida que lo haga la economía, siempre a expensas de la evolución de la pandemia y el paro. Por lo que podríamos estimar una tímida subida del 5% en 2021”.
En el ámbito de las hipotecas, por su parte, también se ha sentido el impacto del COVID-19. Según el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), en el mes de septiembre el mercado hipotecario presentó una caída del 7,6%.
“Las hipotecas en 2020 caerán interanualmente la mitad que las compraventas, logrando un total de entre 320 000 y 330 000 firmas. De cara a 2021, la evolución de los préstamos para comprar vivienda estará ligada al contexto macroeconómico. No se espera una contracción del crédito o un endurecimiento de las condiciones, pero es obvio que las entidades financieras serán más cautelosas. Por lo que los avales estatales podrían cobrar sentido”, concluye Front.
No queremos terminar este balance inmobiliario 2020 sin agradecerles a todas las personas que confiaron en Oi Realtor para llevar a cabo las operaciones en este año tan peculiar.
Deseamos que los años venideros sean mejores, pero en cualquier circunstancia, siempre estaremos dispuestos a acompañarlos en la compra, la venta o el alquiler de sus propiedades.