Hay una nueva tendencia que refleja una necesidad urgente: la arquitectura sustentable. Desde tiempos remotos el hombre ha ido modificando su entorno para poder sobrevivir. Pero, ahora, el camino es inverso. Las nuevas tendencias resultantes de la crisis del coronavirus, dejaron de manifiesto que es hora de recuperar el equilibrio con la naturaleza.
El Modernismo catalán
Cuando se habla de Barcelona, lo primero que se visualiza es su arquitectura. La Sagrada Familia, Casa Milà y Casa Batlló son algunos de los epicentros del turismo en Cataluña. Basta con observarlas detenidamente para identificar aspectos arquitectónicos poco convencionales: las paredes curvilíneas, las figuras de dragones e incluso las similitudes de los edificios con las piedras o con cuevas subterráneas, entre otras cosas. En efecto, es por su peculiar aspecto que a Casa Milà solían llamarla “La Pedrera”.
Su arquitecto, Antonio Gaudí, amaba la naturaleza. Era un gran observador del entorno e incluso imitaba obsesivamente las formas naturales. Si caminas por la Casa Battló, sentirás que estás sumergido en un océano de porcelana. Incluso, al mirar a la Sagrada Familia, identificarás su similitud con una cueva de barro.
Su principio fundamental era que las construcciones debían estar integradas con su entorno. Concepto que hoy retoman muchos arquitectos, motivados por el impacto del cambio climático.
La Casa Duna
La “Casa Duna”, construida en California en 1975, es una obra del arquitecto William Morgan. Su principio fundamental se asemeja al de Antonio Gaudí, pues pretende integrar la construcción con el medio ambiente.
Si miras la casa desde afuera, parecerá una duna. El edificio está en total concordancia con el paisaje y el entorno al que pertenece. Además, el arquitecto utilizó la misma tierra como aislante, de forma tal que se puede conservar una temperatura agradable aún en los meses más calurosos.
Por otro lado, esta construcción no cuenta con agua corriente. En su lugar, se recoge el agua de lluvia y se utiliza para los baños, el fregadero y la lavadora.
Lo más curioso es que su integración es tan completa que, si buscas la casa, ¡probablemente no la encuentres! Pasa desapercibida por su total similitud con el entorno.
Tower Flower
Esta torre es una continuación vertical del parque que la rodea. Las viviendas se esconden detrás de 280 macetas de bambú que cubren al edificio. Fue construida en París, Francia, por el arquitecto Édouard François, quien fue considerado por el Financial Times como “El héroe de la arquitectura sustentable”.
El arquitecto utilizó para su construcción materiales locales, de forma tal que la perturbación del entorno fuera mínima.
Los habitantes pueden gozar del aroma del bambú y de la filtración de la luz a través del follaje. La complicidad entre la vegetación y la construcción permite disfrutar de la naturaleza incluso dentro del edificio.
El cambio climático es una realidad y la arquitectura sustentable viene a dar una nueva respuesta a una antigua necesidad: el cuidado de la naturaleza y el equilibrio entre el hombre y su entorno. Desde el modernismo hasta aquí, la arquitectura ha ido evolucionando y reduciendo su impacto sobre el medio ambiente. Pero el amor por la naturaleza fue y seguirá siendo una constante que invita a reflexionar sobre nuestro estilo de vida.