El Regionalismo Sevillano es el estilo arquitectónico que resalta la estética andaluza, desarrollado durante el primer tercio del siglo XX como respuesta nacionalista a la decadencia del país tras la llamada ‘crisis de fin de siglo’, provocada por la pérdida de las colonias en 1898.
En las calles de Sevilla se asiste a las glorias pasadas a través de incontables testimonios regionalistas.
Este estilo es desde entonces, la mejor carta de presentación de la ciudad. Un estilo que estamos acostumbrados a ver en fachadas, pero también en interiores.
Las construcciones más singulares pertenecientes al Regionalismo Sevillano, se concentran en el Parque de María Luisa y alrededores, en lo que constituyó el recinto de la Exposición Iberoamericana de 1929. Este evento fue tomado como solución a los males de Sevilla y, como poco, se convirtió en la excusa para una regeneración urbanística.
En OI REAL ESTATE, presentamos La Casa Lissen. Uno de los mejores palacios de Sevilla y un magnífico ejemplo de la arquitectura regionalista. José Julio Lissen Hidalgo encargó la remodelación de su hogar al arquitecto José Espiau y Muñoz.
Se trata de la rehabilitación de una casa ya existente, pero el resultado es un palacio de nueva planta.
En este artículo encontrarás:
Arquitectura Regionalista
El Regionalismo Sevillano es un estilo de construcción que surge en España a finales del siglo XIX y principios del siglo XX.
Se caracteriza por plasmar arquitectónicamente una característica estética de un lugar. A comienzos de siglo XX la arquitectura española se encontraba en pleno debate de elegir un estilo arquitectónico que diera una identidad nacional.
La idea era plasmar arquitectónicamente la esencia artística de las regiones.
Surge como rechazo al modernismo arquitectónico. La aceptación tuvo diferente difusión en las regiones españolas. En cada caso se adoptan estilos populares arquitectónicos, bien sea inspirándose en la estética lugareña o regional, bien sea mediante el empleo de los materiales constructivos.
La Casa Lissen: ejemplo de Regionalismo Sevillano
El arquitecto Espiau reprodujo este edificio, entre 1918 y 1919. La fachada de la casa permite entrever lo que se encuentra en el interior, pero solo en algunos detalles. En general es bastante sencilla en comparación con el interior de la casa.
La casa al detalle
Los azulejos y forja dan personalidad a una fachada dividida en tres plantas, la principal, el piso noble y una tercera planta para el servicio.
Se puede observar que en el proyecto se tomaron como modelo los grandes palacios sevillanos, los Reales Alcázares y la Casa de Pilatos.
Yeserías, artesonados, pinturas, forja. Son los materiales empleados en la construcción del edificio.
El piso noble
Tras acceder por la puerta principal, con acceso por la Plaza de San Andrés, nos recibe un lujoso vestíbulo. El espacio se distribuye en tres naves separadas por columnas y arcos decorados con pinturas murales y azulejos. En el techo, un magnífico artesonado de tradición renacentista.
Desde el vestíbulo accedemos al patio principal, en el que se aprecia un derroche de la mejor arquitectura regionalista.
El patio comunica todas las dependencias de la casa. A este se abre la escalera que asciende a la segunda planta, dando patio los diferentes salones del palacio. Siguiendo en la planta baja, se encuentra el comedor de verano. La planta de abajo se reservaba para los meses de calor y la superior se utilizaba en invierno.
Si el vestíbulo fue creado para deslumbrar al visitante, la escalera cumple la misma función. Diseñada en tres tramos con balaustrada de mármol, las paredes están forradas de azulejos donde destacan los colores amarillo y azul.
En esta planta noble nos encontramos estancias tan interesantes como el Salón de Fumar, cubierto con una bella bóveda y cuyas puertas están ricamente decoradas. O el Salón de Baile, una estancia que no podía faltar en una casa de este tipo, en la que las grandes fiestas servían para que la alta sociedad se relaciona. Por último, llegamos al comedor de invierno, con una estructura muy parecida al de verano. Una exedra se abre hacia el jardín con amplios ventanales que iluminan la estancia.
La Casa Lissen: Monumento de la ciudad de Sevilla
Del primitivo palacio se conservan algunos de los detalles, otros se perdieron con el paso del tiempo. La casa fue testigo de una época en la que las buenas expectativas de la Exposición Iberoamericana de 1929 fomentaron parte de los monumentos de la ciudad gracias al dinero que movía el evento.
Otros ejemplares Sevillanos: grandes arquitectos y sus obras
Sevilla no hubiera sido nada sin los grandes arquitectos del siglo XX, que hicieron grandes obras enmarcadas en el regionalismo.
Para comenzar, destacamos a Aníbal González, como un referente del regionalismo andaluz del siglo XX. En 1910 fue seleccionado en un concurso para ser el arquitecto jefe para las obras de la Exposición Iberoamericana de Sevilla. Esta etapa aportó grandes obras como la Plaza de América y los tres edificios que la rodean o su proyecto estrella que lo consagra a la gloria eterna: La Plaza de España. Modificó toda la fisionomía de la ciudad e introdujo la decoración de naranjos en las calles y los jardines de las casas señoriales.
Luego, José Espiau y Muñoz. Además de La Casa Lissen, alzó algunos de los edificios más importantes de Sevilla, como el Hotel Alfonso XIII por encargo del monarca que le dio nombre, el edificio Pedro Roldán, la fábrica Algodonera o la sede Catalana. También diseñó emblemáticas calles como la Avenida de la Constitución, la plaza de San Francisco o Alfarería. Y, por otra parte, también proyectó monumentos como el de la Purísima.
Pero si hay una obra sobresaliente del arquitecto en la que mostrará toda su maestría, esa es el Edificio La Adriática, que se realizó con motivo de la Exposición Iberoamericana.
En tercer lugar, el arquitecto municipal Juan Talavera y Heredia. Su gran obra es el Edificio Telefónica, situado en Plaza Nueva, aunque también tiene conocidos edificios como la Casa Ocaña-Carrascosa en la calle Tetuán. También realizó varios trabajos en la Jardines de Murillo y urbanizó la Plaza de Santa Cruz.
Asimismo, desarrolló otros proyectos como la fachada del hotel Doña María o el Pabellón de Telefónica para la Exposición Iberoamericana de 1929 en el parque de María Luisa.
Si ya leíste, “Arquitectura: Regionalismo Sevillano” Ahora podes leer, “Arquitectura: 9 estilos arquitectónicos que debes conocer”
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