La plataforma de reserva de alojamientos turísticos Airbnb está pasando por una situación difícil en España. Su modelo de negocio ha generado numerosos quebraderos de cabeza en algunas comunidades autónomas, donde se está creando un rechazo generalizado hacia esta actividad.
Madrid y Barcelona son las dos ciudades con más apartamentos turísticos de España, y también son las dos autonomías que han plantado cara a Airbnb con normativas que pretenden frenar las consecuencias que ha generado esta plataforma, como la subida de los precios de alquiler o los conflictos entre vecinos y turistas.
El pasado 30 de diciembre el Ministerio de Hacienda aprobó un real decreto por el que se obliga a todas las plataformas de alquiler turístico a ofrecer información periódica sobre sus clientes y los ingresos percibidos.
La semana pasada, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) envió un requerimiento a Hacienda para que rectificara el decreto, tras considerar que los requisitos que les exige a estas plataformas exceden de sus competencias.
Por otro lado, el Tribunal Supremo admitió a trámite el pasado jueves un recurso contra el mismo decreto presentado por la asociación Adigital, representante de varias empresas de economía colaborativa como Uber, Cabify y Airbnb.
El sector hotelero se ha sentido molesto con la decisión del CNMC, tras denunciar un trato fiscal favorable para este tipo de plataformas, si finalmente se les excluye de la obligación de proporcionar dicha información. Actualmente, cualquier pyme española está obligada a ofrecer datos de sus clientes e ingresos de forma telemática.
Airbnb sólo pactará con las autonomías que acepten sus requisitos
La estrategia de Airbnb para poder continuar operando en el país es sencilla; sólo pactará con aquellos ayuntamientos y comunidades autónomas que estén dispuestas a aceptar sus requisitos.
La condición que imponen es que los particulares puedan alquilar sus viviendas habituales, y que además puedan hacerlo por habitaciones. Este requerimiento no es a priori compatible con la normativa de las CC.AA, que son las responsables en materia turística, y tampoco con los más de 8.000 ayuntamientos, que lo son en materia urbanística.
Por ahora, solo hay tres comunidades autónomas que prohíben a los propietarios alquilar su vivienda habitual: La Rioja, Madrid y Asturias, mientras que las demás sí que lo aprueban. Sin embargo, en cuanto al alquiler por habitaciones, sólo hay siete autonomías que lo permiten: la Comunidad Valenciana, País Vasco, Extremadura, Murcia, Andalucía, Castilla-La Mancha y Navarra.
Andalucía se convierte en la primera autonomía española que pacta con Airbnb
La plataforma Airbnb llegó a un acuerdo de colaboración con la comunidad andaluza, que se convierte en la primera con la que ha pactado un sistema para crear un mapa oficial de viviendas turísticas.
A partir del 1 de mayo, todos los usuarios que publiquen un anuncio en Airbnb deberán acogerse a dos modalidades obligatorias; la primera es adquirir un número de registro para que su vivienda esté censada, o para que se declare como excepción, al incumplir algunas normas fijadas por la Junta para los alojamientos turísticos.
Esta información será trasladada a los servicios de inspección del Gobierno andaluz. Gracias a este sistema, se evitará que los propietarios faciliten números falsos de registro. A partir de septiembre, se asignarán dichas cifras a todos los alojamientos, con carácter retroactivo.
Aun así, la probabilidad de extrapolar este modelo de funcionamiento a otras comunidades es ínfima. Andalucía posee una de las legislaciones más flojas de España, ya que no prohíbe el alquiler por habitaciones y además permite arrendar la vivienda habitual.
Por otra parte, no ha establecido la posibilidad de que los vecinos puedan vetar la existencia de pisos turísticos en su comunidad. Tampoco se predice que el alquiler alojamientos para turistas vaya a producir los mismos problemas que en grandes ciudades como Madrid y Barcelona, ya que el turismo de Andalucía se centra en las zonas costeras y no en barrios céntricos.