Al llegar el otoño, ciudades de toda Europa se transforman en escenario del cambio de estación. En Barcelona el cambio se hace más palpable entre parques y jardines, ofreciendo la excusa perfecta para redescubrir la naturaleza urbana.
Con la llegada de las primeras lluvias, los espacios de la ciudad varian en colores e incorporan nuevos olores. Al acabarse el verano es el otoño quien nos trae aromas de bosque y una alfombra de hojas entre calles y plazas.
El otoño es época de cambios pero también de movimiento. Barcelona recupera el ritmo tras meses celebrando la omnipresencia del sol. Mirando al cielo y buscando la complicidad de un clima suave que nos haga más agradable el adiós estival.
No hay dos otoños idénticos en Barcelona, y mucho menos en sus parques. Cada año nos depara sorpresa en las mejores zonas verdes de la ciudad. El Parc de la Ciutadella o el Parc del Poblenou lo viven muy cerca del mar. El Laberint d’Horta, la Rosaleda de Cervantes o el Parc de Montjuic desde las alturas. Y el Parc Güell y el Turó Parc como unos auténticos paraísos urbanos.
Parques cerca del mar
El Parc de la Ciutadella (Pg Picasso, 1) se encuentra en El Born-La Ribera. Posiblemente uno de los grandes pulmones de Barcelona, puede presumir de una variada vegetación que en algunos casos es incluso centenaria. En sus límites acoge al Zoo de Barcelona, el Castell dels Tres Dragons (Domènech i Montaner) y el Parlament de Catalunya, entre otras instituciones. Pero también el conocido lago y la Gran Cascada (Jona Fontseré) del parque.
Todo ello sin olvidar históricas esculturas como El Desconsol (Josep Llimona) o La Dama del Paraguas. Un auténtico oasis urbano.
El Parc del Centre del Poblenou (Avda Diagonal, 130) está en Diagonal Mar-Front Marítim del Poblenou. Es un parque de aires futuristas proyectado por el arquitecto francés Jean Nouvel. Una que en la distancia parece observar la magnífica torre Agbar del mismo autor.
Sus 5,5 hectáreas están repletas de un entramado vegetal que se proyecta al siglo XXI con una vegetación autóctona mediterranea. Pero sin olvidar los criterios de sostenibilidad con que fue construido en 2008.
Parques a los pies de la montaña
El Parc del Laberint (Pg Castanyers, 1) se encuentra en Horta-Guinardó. Este precioso parque junto a la montaña de Collserola se caracteriza por el laberinto vegetal de cipreses que contiene y que desemboca ante una estatua del dios Eros. Su autor Domenico Bagutti en 1792. Posteriormente se le incorporó un jardín romántico con pequeñas plazas, grandes árboles y hasta una cascada.
El más antiguo de los parques de Barcelona conserva en su interior la Torre Soberana, una antigua casa de campo del siglo XIV.
La Rosaleda de Cervantes (Avda Diagonal, 708-716) puede verse en Pedralbes. Este parque especializado en rosas luce un cuidado aspecto, fruto de un intenso trabajo y un trazado sin caso obstáculos. Más de 10.000 rosales de dos millares de variedades trasladan al visitante hasta el mismiso edén barcelonés.
El Parc de Montjuic (Montaña de Montjuic) lo encontramos en el barrio de Sants-Montjuic. Este inmenso parque ocupa una enorme colina que mira tanto a la ciudad como al puerto. Las ‘joyas’ que lo coronan son numerosas, pero destacan el Museu d’Art de Catalunya (MNAC), el Castell de Montjuic o el Jardí Botànic que contiene árboles y plantas de todo el mundo.
Equipamientos olímpicos, galerías y museos acompañan a recorrerlo en cualquier época del año.
Parques en mitad de la urbe
El Turó Park (Avda Pau Casals, 19) se encuentra en Sant Gervasi. Destaca por una espléndida pradera y un magnífico estanque rodeado de chopos y plátanos. Más de un siglo de historia lo han convertido en apreciado lugar alejado del ruido y los coches, entre esculturas como la dedicada a Pau Casals (Apel·les Fenosa).
Una zona verde que guarda secretos, como haber tomado el nombre del antiguo parque de atracciones que acogió hasta 1929 o que su quiosco fuese un teatro al aire libre años atras.
El Park Güell (C/ Olot, 5) está situado en el barrio de Gracia. Este parque es seguramente una de las atracciones turísticas con mayor número de visitantes destaca por su arquitectura naturalista. El genial Antoni Gaudí la construyó a inicios del siglo XX, creando un recinto mágico de esplendidas vistas sobre Barcelona. Una de las joyas del modernismo que figura como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco desde 1984.
Un recorrido por los parques de Barcelona es equivale a redescubrir la naturaleza urbana que rodea a sus vecinos, en un entorno mediterraneo y único.
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